lunes, 26 de mayo de 2008

La Lógica de la Academia y las Contradicciones con la Lógica del Poder.

Los autores desean presentar en este articulo, mediante el uso del ejemplo Venezolano, las complejas contradicciones que suelen presentarse entre el poder político e ideológico y el espacio de la academia. La tesis que se maneja es que a mayor equilibrio entre ambas variables mejor desempeño institucional, se sugiere que cuando ambos espacios se separan interviene entonces el mercado y cuando se acercan demasiado es entonces el estado quien ocupa el lugar; en ambos casos se trata de una tendencia perversa y negativa. Se juzga indispensable la autonomía e independencia institucional para el optimo funcionamiento de la academia.

El objetivo cordial de la academia ha sido y tiene que ser distinto que la finalidad del gobierno alcanzado por un poder, la academia así como el sector escolar tienen la responsabilidad de crear y formar respectivamente mientras que el objeto del gobierno es crear y satisfacer necesidades de un sector social.

Si la academia se une al gobierno ya sea voluntariamente o por una fuerza distinta a esta perdería su prestigio y también el sentido de ser de toda academia y se convertiría en un elemento mas del proyecto de un país, en nuestro caso dominado por un grupúsculo que dicen ser mayoría cuando la realidad es otra y se hacen llamar Bolivariano, revolucionario y hasta socialista cuando en la practica arrojan como resultado incongruencias con el constante discurso aburrido que con frecuencia suelen pregonar utilizando el poder y los medios de comunicación para persuadir a muchos.


Para muchos es un proyecto fascista y que esconde un proyecto dictatorial y egoísta, utilizando como bandera el discurso antiimperialista en arbolado por un hombre fracasado y que luego alcanzo el poder gracias a la suma de cierto descontento que median al país para 1998; por otro lado la academia tiene que continuar en la tarea de crear hombres capaces para sacar adelante a la humanidad mediante la lucha y el combate por lo justo, pero sin perder el sentido académico.

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